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lunes, 10 de junio de 2013

Corona de adviento - LUIS FELIPE VIVANCO


Corona de adviento

LUIS FELIPE VIVANCO


Viene despacio, caminando a ciegas 
por senderos de sangre, 
por senderos de amor que no interrumpen 
barbechos ni trigales; 

que alargan bajo el viento sus aromas 
silvestres, sus instantes 
recoletos de sol junto a las tapias, 
su blancura en pañales, 

y acuden, sin querer, casi en un vuelo 
legua tras legua, casi 
dejándose ignorar desde el nocturno 
latido que los hace 

tan hondos y tan leves, tan hilillos 
de luz de luna errante, 
tan infancia de luna en cada piedra, 
tan raicillas de árboles. 

Viene a través de un sueño y otro sueño, 
a través de una tarde 
y otra tarde, tranquilas, con el brillo 
del lucero en el aire, 

con el girar pausado de la noria 
repitiendo su frase 
de agua empapada en sombra hacia los labios 
que la huerta entreabre, 

con el durar cobalto de los montes 
apagados y unánimes 
más allá de los visos donde el ángelus 
labriego se deshace. 

Viene apenas rezado y melodioso,
como un manso oleaje
rompiendo hacia la playa que aún no alumbra
su espuma trashumante,

como ingrávida nube cuyos bordes
empiezan a endulzarse
cuando, cerca del alba y sin sonido,
su lluvia lenta cae

sobre el quieto regazo de una yerba
dormida, en que se abren
las húmedas violetas primerizas
de un corazón de madre.




1 comentario:

  1. sobre el quieto regazo de una yerba
    dormida, en que se abren
    las húmedas violetas primerizas
    de un corazón de madre.
    Preciosa y tierna entrega, de la mano de un excelente escritor Felipe Vivanco. Gracias por compartir, tan bello regalo, mi niña.
    Besitos mi corazón.

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